Fué el día 23 de abril de 2013 el seleccionado para que se produjera dicha recogida de información, concretamente en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, en pleno campus de Ciudad Universitaria. La razón principal por la que se eligió este emplazamiento es que tenía previsto ir con anterioridad a la esa facultad a estudiar por lo que aproveché la situación. Además era de suponer que ese espacio me ofrecería todo un caldo de cultivo de estudiantes de la Complutense, por lo que era una buena oportunidad para captar encuestados afines a la investigación.
Llegué a la bibliteca sobre las cinco y media de la tarde y enseguida aproveché a encuestar a personas con un trato informal pero directo, explicándoles que se trataba de una práctica para una asignatura y, a su vez, una investigación real, por lo que sus respuestas de verdad servirían para algo más que para ayudarme a mí en mi entrega.
También les decía que si tenían alguna duda a la hora de realizar el cuestionario que no dudaran en preguntarme y me ponía a una distancia próxima pero prudencial para que lo rellenaran. Aunque, realmente luego nadie tuvo la nacesidad de acercarse a preguntarme nada. El tiempo aproximado de cumplimentación de los cuestionarios fue de 20 minutos.
Respecto a los cometarios recibidos, el más habitual fue en relación a la extensión del cuestionario. De hecho, creo que es interesante mencionar que en varias ocasiones pude ver cómo ponian expresiones de aburrimiento o que murmuraban entre ellos (hubo un par de parejas de chicas a las que capté al mismo tiempo, el resto eran alumnos individuales) A parte de eso, decir que no hubo mayores complicaciones ni objeciones de los encuestados (salvo pequeños detalles como no poner el curso que cursaban, algo que pasó en un par de ocasiones). No obstante, ese problema se solventó con una revisión rápida de los datos tras recibir el cuestionario rellenado, antes de que el entrevistado se fuese.
Cabe señalar que sí que hubo un intento fallido. Fue el caso de un chico de unos veintipocos años que no estaba haciendo nada, aunque estaba allí con un libro que supongo tenía que leer, y le pregunté si podría cumplimentar el cuestionario y me dijo que no, que se tenía que ir en poco rato.
Por último, la valoración global del trabajo implicado en el desarrollo del campo ha sido positiva. Realmente resulta bastante estimulante e interesante poder pasar de la teoría a la práctica.
El trabajo de encuestador implica paciencia, humildad y constancia, valores muy útiles en cualquier profesión pero aún más en ésta donde las habilidades para la comunicación son imprescindibles. La próxima vez que te encuentres en el rol opuesto, el de encuestado, seguro que empatizas rápido con "tu espejo".
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