El origen de
la investigación social fue de la mano de lo que hoy es una ciencia
independiente: la estadística. En un primer momento, en los estados de la
antigüedad ya se dieron de alguna manera resquicios de investigación social ya
que utilizaban unos métodos estadísticos rudimentarios para recolectar datos.
Esta forma de organización y de recuentos puramente cuantitativos puede
considerarse como la precursora de la estadística descriptiva, una ciencia que
empezó a consolidarse en el siglo XVIII con la creación de dos importantes
escuelas: la Alemana (la cual se caracterizó por realizar descripciones
comparativas entre los estados), y la Escuela de los Aritméticos Ingleses (que
fue más pragmática y de hecho, se centró en una estadística investigadora
llevando a cabo, entre otras cosas diferentes encuestas).
El siglo XIX
se caracterizó porque las técnicas de recogida y análisis de información fueron
en paralelo con la investigación social empírica. En este contexto apareció la
importante figura de Adolf Quételet (1796-1874). Como bien señala Cea D´ancona,
si por algo destaca Quételet es por su teoría de las regularidades de los
fenómenos sociales. Y es que se podría decir que le dio una orientación moral a
la estadística. Además de Quételet destacaron otros autores que realizaron
importantes aportaciones en el campo de la estadística como por ejemplo La
place y Gauss.
Fuente:
CEA, D’ANCONA, M.A. (1996) Metodología
cuantitativa. Madrid. Síntesis. Cap. 1
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